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Mostrando entradas de 2018

Pesebre invitado #69: En comunidad

Éste es el pesebre de mi parroquia, San Carlos y Basílica de María Auxiliadora, de Buenos Aires, para la Navidad de 2018. Es enorme, ocupa uno de los altares laterales -y un poco más-  y tiene hasta bancos para sentarse o arrodillarse y sentirse dentro de la escena del nacimiento y orar, como un pastor más de los que están allí en torno a Jesús. Para mí, éste es uno de los mensajes más potentes del pesebre de este año: la invitación a ser parte, a integrarse a otros que, como un todo, están -son comunidad- con Jesús en medio. Estamos llamados a vivir una relación personal y estrecha de amistad con Dios, pero la fe y el amor, si verdaderos, no se quedan encerrados en una vivencia intimista que excluye a los demás. Dios ha querido encarnarse y ser parte de nuestra humanidad en un pueblo concreto, una familia concreta, una comunidad de discípulos concreta. La fe y el amor se expresan en nuestra pertenencia a una comunidad eclesial concreta, con hermanos con nombre propio. Es allí

Pesebres invitados #68: En la vidriera

Esta foto la tomé en diciembre de 2018. Si observan con atención, notarán que el pesebre está detrás de un vidrio y que en él se reflejan edificios y un ómnibus. Este pesebre -si mal no recuerdo, de origen ruso- se exhibe junto a muchos otros en las vidrieras de un comercio de Buenos Aires. Nada extraño, siendo diciembre, para una casa de artículos de decoración del hogar. Lo extraño es que los pesebres, ninguno de ellos, están a la venta. Llevada por la curiosidad, entré al negocio para averiguar... y conocí a una persona entrañable, de esas que se les ilumina el rostro -e iluminan a otros- al hablar de aquello que llevan en el corazón. Adela Oviedo Gutiérrez Báez nació en Paraguay hace 68 años. A los 5 se fue con su familia a Argentina. A los 30 comenzó a coleccionar pesebres y hace unos quince años empezó a exhibirlos en las vidrieras de su negocio, en el barrio de Congreso. Los pesebres no conviven con otros artículos que sí están a la venta. Cuando en diciembre el grueso de

Pesebre invitado #67: Mis ojos han visto al Salvador

Esta foto la tomé en diciembre de 2018 en el geriátrico al que desde hace unos meses tengo el regalo de visitar para llevar a Jesús Sacramentado a las ancianas que viven allí. En este tiempo voy aprendiendo a descubrir en ellas el rostro del Señor, del Cristo sufriente, que padece el dolor físico y espiritual, la soledad, la incomprensión, pero también del Jesús tierno, afable, inocente... Es Cristo que vive en estas mujeres que, como los niños, como los bienaventurados del Reino, son predilectas de Dios. Tengo la certeza en el corazón de que Jesús quiere visitar y darse a estas ancianas cada semana. Y sé que ellas también esperan al Señor con anhelo. Es un auténtico espíritu de Adviento que se renueva semana a semana. Humanamente, a veces se me parte el corazón cuando me cuentan sus penas. Pero rezamos juntas, le presentamos todo al Señor, compartimos la Palabra y la Comunión y es maravilloso ver cómo es Él mismo quien las alivia, las fortalece, les renueva la esperanza y la a

#256 Libro vivo

Este pesebre me lo regaló en agosto de 2018 mi amiga Cris Terceiro. Fue hecho en Portugal, pero lo compró en una tienda de Santiago de Compostela, en España. El nacimiento es de la marca Marfinites Louças Falcâo, está hecho de marfinite -un material sintético que imita al marfil- y la figura es muy delicada en su diseño. Todo el conjunto está enmarcado en un libro abierto, cuya página central es el mismo Cristo. Y verdaderamente la encarnación del Hijo, el nacimiento de Jesús es la página que divide en dos la historia de la humanidad y la historia personal de cada hombre: "Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros" (Juan 1, 14). Y la Palabra encarnada es la Vida. Libro vivo. Cuenta santa Teresa de Jesús que en 1559, a sus 44 años, cuando su proceso de conversión llevaba unos cinco años, sintió fuertemente el tener que desapegarse de ciertos libros que la Inquisición había incluido en un índice de textos prohibidos. Muchos de estos libros -escritos, por ejempl

#255 Besar al Niño

Este pesebre me lo regaló mi papá en agosto de 2018. Lo compró en la tienda Nuestra Señora del Carmelo, de Buenos Aires. Es un cuadrito de madera, pintado a mano, con la figura de la Sagrada Familia. María tiene al Niño en brazos y le besa el rostro con dulzura. Al nacer, lo primero que recibimos es el abrazo de nuestra madre y un beso. También ese fue el primer beso para Jesús. Creo que todo lo que quiere expresar una madre al recibir a su hijo es tan inefable... que solo se puede decir con un beso. Y que igual de inefable -o más- es lo que sentimos al encontrarnos con Dios... que muchas veces, sin palabras, humanamente quisiéramos responderle con un beso. ¿Cómo besar a Dios? Buscando, encontré esta hermosa oración de los cinco besos al Niño Jesús. Son los "besos" del querer, en todo, la Voluntad de Dios. Pienso que María, que besó tantas veces la humanidad de su Hijo, primero le "besó" con su "fiat"... ¡María, enséñanos a besar a Jesús! O

#254 Un ajuar para el Niño

Este Niño precioso me lo regaló mi amiga Annie Calzia en julio de 2018. Lo trajo de Santiago de Chile y por eso acudí a Teresa de los Andes (1900-1920), carmelita chilena canonizada en 1993, para escribir estas líneas. En una de sus cartas a su prima Herminia Valdés Ossa, Teresa le da algunos consejos para vivir el tiempo de Adviento, que está a punto de empezar. "Prepárate para Navidad. Piensa todos los días en Jesús que, siendo Dios eterno, nace como un tierno Niño; siendo Todopode­roso, nace pobre, sin tener con qué resguardarse del frío. Necesita de su Madre para vivir, siendo Él la Vida", le escribe a su prima, a quien llamaba cariñosamente "Gordita". Y a continuación le hace una "lista" para que le prepare un "ajuar" al Niño Jesús: "Camisitas para abrigarlo: cinco actos de amor diarios y deseos de recibirlo en la Comunión. 'Jesús mío, ven a mi pobre corazón, que sólo desea latir por Ti'. Mantillas para envolverle sus pi

Seis años, seis deseos

Como en los cumpleaños se piden tres deseos y hoy este blog celebra su sexto aniversario, me tomo la licencia de pedir, no tres, sino seis deseos... con un agradecimiento infinito al Niño Dios y a todos los que apoyan este proyecto. Deseo que quien lea este blog, o al menos vea alguna de las imágenes, se sienta tocado en lo más profundo de su ser por la ternura de Dios. Deseo que todos descubran la grandeza escondida en el pesebre y en el misterio de la Encarnación. Deseo que cada ser humano experimente la gracia del encuentro personal con Jesús, verdadero Dios y verdadero Hombre. Deseo que en cada hogar haya un pesebre... y que cada hogar se vuelva pesebre. Deseo que no me digan más "no es época" cuando busco un pesebre en julio y que, en cambio, nadie se sorprenda, porque "Navidad es todos los días". Deseo conocer Belén, algún día... y descubrir dónde Dios se hace Vida, cada día. "Estoy segura de que escucharás mis deseos.  Lo sé, ¡

#253 Siyahamba

Este pesebre me lo regaló mi amiga Nerea González. Me lo envió desde Sudáfrica en julio de 2018. Es una cubierta para vela, en cartulina, con la silueta calada de la escena del pesebre, pero en la sabana africana, con sus árboles típicos, cabras, una jirafa y hasta tres suricatas. El efecto de la luz brillando en la oscuridad a través de esta imagen es precioso. Nacido a mediados del siglo XX como una canción de protesta y de reclamo de libertad, " Siyahamba " es uno de los himnos cristianos más populares de Sudáfrica y, precisamente, habla de la luz. Con una estructura muy sencilla y un ritmo pegadizo, la canción repite varias veces "Siyahamba ekukanyen kwen kos", que, en lengua zulú, significa "caminamos a la luz de Dios". Es una letra muy simple pero rica en mensaje: en primera persona del plural, la que canta es una comunidad. Y es una comunidad que camina, que marcha, que se mueve, que no se queda paralizada. Y eso lo hace bajo la luz, la guía de

#252 Humildad

Este pesebre me lo regaló Dora, mamá de mi amiga Marina Guilén, quien me lo trajo desde Ibi (España) en mayo de 2018. Es de madera, traído desde Belén, Tierra Santa. Desde que llegó a mis manos, supe que se lo quería dedicar a alguien que hubiera vivido en la ciudad natal de Jesús. Y finalmente elegí a Mariam Baouardy, santa María de Jesús Crucificado (1846-1878), fundadora del Carmelo de Belén, donde vivió los últimos tres años de su vida, y cuya historia es fascinante. Mariam, la "pequeña árabe" como la llaman muchos, nació en una pequeña aldea de Galilea. Quedó huérfana siendo una niña y su vida estuvo marcada por el sufrimiento, siempre vivido a la luz de la fe. Padeció el martirio siendo casi una adolescente y salvó su vida gracias a los maternales cuidados de la Virgen. Oriente Medio, Francia, la India... escenarios de una vida de tan solo casi 33 años atravesada por gracias extraordinarias y signada por la unión con Cristo crucificado. No son, sin embargo, los

#251 En una cáscara de nuez

Este pesebre me lo regaló Dora, mamá de mi amiga Marina Guilén, quien me lo trajo desde Ibi (España) en mayo de 2018. Es de resina y representa a Jesús naciendo dentro de una cáscara de nuez. En lo pequeño se encierra, nace, el misterio del Dios infinito. Pero es una verdad que solo quienes son pequeños -humildes- pueden descubrir y acoger. "Encerrado en una cáscara de nuez me tendría por rey del espacio infinito, si no fuera porque tengo malos sueños", dice el joven príncipe Hamlet en la célebre obra de William Shakespeare. "Sueños que son ambición, pues la esencia del ambicioso es la sombra de un sueño", añade el cortesano Guildenstern.  Algo sombrío había dañado la inocencia del joven Hamlet. Ya no podía concebir que un rey del espacio infinito pudiera vivir en una simple y diminuta cáscara de nuez... ya no era capaz de ver lo grande dentro lo pequeño. El venerable arzobispo Fulton Sheen (1895-1979), al preguntarse cómo puede el alma hallar a Dios, afirma

#250 Principito

Este pesebre me lo regaló mi amiga Eukene Oquendo en mayo de 2018. Lo trajo de Valencia (España), su tierra, y fue hecho por María José, una amiga de su familia que se dedica a hacer manualidades. Está hecho con trozos de paño de distintos colores, con pespuntes y bordados. Son dos piezas unidas, una con el conjunto de la Sagrada Familia, y la otra con la estrella de Belén. Como una se apoya en la otra, en un primer momento se me ocurrió escribir sobre la importancia de apoyarnos en Jesús y de, sostenidos por Él, ser apoyo para otros. Buscando algo de inspiración, me topé con el "soy responsable de mi rosa", una de las frases destacadas de " El Principito ". Y como una cosa va llevando a otra, terminé leyendo sobre la conexión entre el famoso relato del niño caído del asteroide B-612 y el Niño Jesús de Praga... Hay quienes afirman que Antoine de Saint-Exupéry (1900-1944), el célebre aviador y escritor francés, se inspiró en el Divino Niño -el pequeño Rey- para s

#249 Susana... y las muchas otras

Este pesebre llegó a mi en mayo de 2018. Las figuras son de metal, muy pequeñas, y están dentro de un cofrecito rojo. Es un regalo de mi tía Susana y me quiero valer de su nombre para hablar de la única mujer del Evangelio llamada así. Aparece en el capítulo 8 del Evangelio de Lucas, quien destacó al grupo de mujeres que acompañaba a Jesús y a los apóstoles: "Jesús recorría las ciudades y los pueblos, predicando y anunciando la Buena Noticia del Reino de Dios. Lo acompañaban los Doce y también algunas mujeres que habían sido curadas de malos espíritus y enfermedades: María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios; Juana, esposa de Cusa, intendente de Herodes, Susana y muchas otras, que los ayudaban con sus bienes" (Lucas 8, 1-3). A diferencia de María Magdalena y de Juana, de Susana no se nos dice ni de dónde era ni si estaba casada o no y con quién... pero nos queda su nombre, lo que la destaca, al menos, de las "muchas otras" que integraron

Niño invitado #66: Un Doctorcito de dulce Nombre y Corazón sacratísimo

Esta foto la tomé el 30 de agosto de 2018 en la Basílica de Santa Rosa de Lima, de Buenos Aires. Es una imagen del Dulce Nombre de Jesús y su Sacratísimo Corazón, también conocido como el Doctorcito de santa Rosa. La imagen original, de la que escribí recientemente en otra entrada , está en la Basílica del Santísimo Rosario, del Convento de Santo Domingo, en Lima. La comunidad de la Basílica de Santa Rosa de Buenos Aires se interesó recientemente por esta particular devoción de la santa limeña por el Niño Jesús y se puso en la búsqueda de una figura que lo representara con una edad de 3 o 4 años para que, de la misma forma que lo hace en Lima, saliera junto a santa Rosa a recorrer las calles durante las fiestas patronales del 30 de agosto. Ya en tiempo de descuento para la fiesta y sin mucha perspectiva de hallar un Niño Doctorcito en Buenos Aires, por "sorpresa" -¡las cosas de Dios!- llegó un mensaje desde un taller de imágenes religiosas de la lejana provincia de Misione

Pesebre invitado #65: Junto al lago

Esta foto la tomé en mayo de 2018 en la ciudad de Bariloche, en la Patagonia argentina. Este pesebre escultórico está emplazado a las puertas de la catedral y desde allí hay una bella vista al inmenso y azul lago Nahuel Huapi. Ver a Jesús aquí me recordó todos esos pasajes de sus vivencias en el lago de Tiberíades o de Genesaret, llamado también Mar de Galilea. Jesús eligió vivir junto al lago. Dice el evangelio de san Mateo que, después de sus días en el desierto, volvió a Galilea, pero no se quedó en Nazaret, sino que fue a vivir a Cafarnaúm, "a orillas del lago". A esas costas llevó su luz, tal como profetizó Isaías. En esas riberas comenzó a proclamar la llegada del Reino de Dios. Por esas orillas caminaba. Allí llamó a sus primeros "pescadores de hombres". Al borde de esas aguas enseñó y curó. Se agotó y descansó. Un día "Jesús salió de casa y fue a sentarse a orillas del lago" (Mateo 13, 1). ¡Qué escena preciosa! Me pregunto qué pensaría, cuál serí

#248 Llanquihue

Este pesebre, hecho con tela y madera, lo compré en mayo de 2018 en Puerto Varas, una ciudad del sur de Chile situada a orillas del lago Llanquihue. La palabra "Llanquihue" proviene del mapudungun y significa "lugar profundo", en alusión a la gran profundidad de las aguas de este lago, que llega hasta los 317 metros. Usualmente "ubicamos" a Dios en lo alto, el cielo, las cumbres... pero en la Biblia también hay alusiones a la presencia de Dios en las profundidades, los abismos, las simas del mundo... "Si escalo el cielo, allí estás tú; si me acuesto en el abismo, allí te encuentro" (Salmo 139). "Porque el Señor es un Dios grande,soberano de todos los dioses: tiene en su mano las simas de la tierra" (salmo 95). "Bendito seas Tú, que sondeas los abismos" (Daniel 3, 55). Dios habita también en nuestras profundidades, en lo más hondo de nuestra interioridad, en lo más íntimo de nuestro corazón, en la morada más secreta de nu

Niño invitado #64: Niño de la Sabiduría

Esta foto la tomé en abril de 2018 en la Basílica del Santísimo Rosario del convento de Santo Domingo, en Lima, Perú. Es el Niño de la Sabiduría, imagen que forma parte del altar lateral dedicado al Sagrado Corazón de Jesús. La figura es encantadora: un Niño Rey, que en sus manos tiene "la Sagrada mini Biblia". Jesús, la Palabra encarnada, es, como nos dice san Pablo, "sabiduría de Dios" (1 Corintios 1, 24). Como Sabiduría también invocamos en el Adviento a Jesús, próximo a nacer, cuando cantamos cada 17 de diciembre la primera de las llamadas "Antífonas de la O": "Oh Sabiduría, que brotaste de los labios del Altísimo, abarcando del uno al otro confín y ordenándolo todo con firmeza y suavidad, ¡ven y muéstranos el camino de la salvación!". Es una oración preciosa, con la que llamamos a Jesús con el nombre de Sabiduría, reconocemos la grandeza divina en un Niño, lo invocamos como nuestro Salvador y nos admiramos de todo el misterio que ello