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Mostrando entradas de enero, 2017

#207 Compañerismo

Este pesebre me lo regalaron en diciembre de 2016 Carlota y Eukene, dos compañeras de trabajo. Es una única pieza, pequeña, de cerámica, con forma de vasija que, en su centro, presenta las figuras de Jesús, María y José en estilo andino y con vivos colores. Para mi este pesebre representa el valor del compañerismo. Eukene y Carlota me regalaron este pesebre para darme ánimo en un momento especial... Como compañeras, estuvieron no solo atentas a mi necesidad de recibir apoyo sino también a descubrir qué era aquello que podía darme alegría y esperanza en ese momento. Y para mi ambas actitudes -el estar atento a las necesidades de los demás y el preocuparse por conocer la personalidad y los intereses de quienes nos rodean- resumen bien el valor del compañerismo. Hay muchas definiciones de compañerismo. Algunos lo definen como actitud, otros como relación amistosa, de colaboración y solidaridad entre compañeros. Los matices de la definición cambian según a qué ámbito se aplique, sea el

#206 Despertaré a la aurora

Esta figura de resina me la regaló mi mamá en noviembre de 2016 y fue comprada en la librería Don Bosco, de Buenos Aires. El Niño Jesús duerme profundamente y un angelito toca con su violín unos acordes para despertarle... Esta imagen me recuerda a dos salmos, el 57 y el 108, que coinciden en estas palabras: "Mi corazón está firme. Dios mío, mi corazón está firme. Voy a cantar al son de instrumentos: ¡despierta, alma mía! ¡Despierten, arpa y cítara, para que yo despierte a la aurora! Te alabaré en medio de los pueblos, Señor, te cantaré entre las naciones, porque tu misericordia se eleva hasta el cielo, y tu fidelidad hasta las nubes. ¡Levántate, Dios, por encima del cielo, y que tu gloria cubra toda la tierra!". El salmista despierta. Despierta él mismo. Despierta su voz y a sus instrumentos. Despierta a otros como él y despierta a la aurora. Despierta para orar y entonar alabanzas al Señor, el Sol que nace desde lo alto, el Resucitado que se presenta al alba. Despierta a

#205 Sin otra luz ni guía

Este pesebre me lo regaló mi mamá en noviembre de 2016. Fue comprado en la librería Don Bosco, de Buenos Aires. Es una única pieza, con las figuras de Jesús, María y José, hecha en polvo de mármol, con acabado blanco y decoración en color oro. Es de la marca italiana Koras , con sede en Torre di Mosto, un pueblo de la provincia de Venecia. Según el fabricante, este modelo de pesebre se llama, en italiano, "Linterna", en referencia al farol que lleva José en su mano izquierda. Es muy singular que sea José quien, de los tres, porte la luz cuando parece ser una figura signada por la noche. ¿Qué es esa luz que lleva? José tuvo que abrirse paso en la oscuridad de la noche. Dios lo llamó a acoger a María y a su Hijo en la noche del no entender, del no comprender, de la renuncia. Dice la Palabra que José era un "hombre justo", es decir, santo. Y Dios lo llamó, lo invitó a acoger sus planes, resignando sus propios proyectos. Lo llamó a aceptar su Voluntad, una voluntad c

Pesebre invitado #47: La casa del pesebre

El 5 de enero de 2017 tuve el regalo maravilloso de conocer a Teresa y Susana Gargiulo, dos mujeres entrañables que me abrieron las puertas de su casa, en el barrio de San Telmo, en Buenos Aires, para conocer de cerca su tesoro familiar: un pesebre monumental, de 400 piezas, que se arma allí mismo, ininterrumpidamente, desde hace 73 años. La tradición la inició Amalia, la madre de Teresa y Susana, cuando comenzó a armar un pesebre pequeño, con las figuras básicas, en la sala de la casa que da a la calle. El nacimiento poco a poco se fue enriqueciendo con figuras, todas de estilo clásico, adquiridas por la propia familia y regaladas por amigos y parientes. Con los años el pesebre se extendió hasta cubrir la totalidad de la sala, de 20 metros cuadrados, con una escenografía muy trabajada y diferentes cuadros dentro del entorno montañoso de Belén. Es realmente impresionante, pero lo más impactante es lo que estas dos hermanas generan desde la que ya todo el mundo conoce en el barrio com

Niño invitado #46: Besapiés

Esta imagen la tomé a finales de diciembre de 2016 en mi parroquia San Carlos y Basílica de María Auxiliadora, en Buenos Aires. Allí, ante el altar principal, apareció en un catrecito este Niño precioso luego del día de Navidad... Ese mismo día, al finalizar la misa, esta misma imagen y otra similar del Niño protagonizaron el besapiés, un gesto por el que se invita a los fieles a saludar con un beso a Jesús recién nacido... ¡Y yo le besé el piecito derecho! La tradición de besar los pies o las manos en señal de profundo respeto y sumisión proviene de pueblos de la antigüedad, donde con este gesto se debía saludar al emperador. Luego pasó con el correr de la historia a otros ámbitos, incluida la Iglesia, y finalmente se extendió a ciertas imágenes religiosas que, en un acto de piedad, son besadas por los fieles. A mi este gesto del besapiés al Niño Jesús me recuerda a la escena en la casa de Simón, el fariseo, que relata san Lucas en su Evangelio. Jesús es invitado a cenar e

#204 Revestidos

Este pesebre me lo regaló en noviembre de 2016 mi papá, quien lo compró en la santería Nuestra Señora del Carmelo, en Buenos Aires. Es un pesebre artesanal, con base de madera y las figuras de María, José y el Niño vestidas iguales, con un tejido de telar. Un modo de "leer" la imagen es pensar al Hijo plenamente revestido de nuestra humanidad, sometiéndose también por ello a nuestra necesidad humana de ser cubiertos, de ser vestidos. Pero también podemos contemplar la imagen desde otro punto de vista: son María y José quienes se visten como el Hijo. Hay un consejo y, más que eso, una exhortación, un llamado de san Pablo que va en esa dirección: "Revístanse del Señor Jesucristo" (Romanos, 13, 14). Revestir es más que vestir. No es disfrazarse. Ni siquiera es un simple imitar. Revestirse es cubrirse por entero, algo que implica todo el ser, no tan solo lo exterior. El revestimiento cubre, protege, da nueva identidad, redefine. Revestirse de Jesús es algo más que