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Mostrando entradas de junio, 2016

#195 Llaves

Este llavero me lo regaló mi mamá en mayo de 2016. Tiene la imagen de un pesebre y lo puse con las llaves de mi casa. Dar las llaves del propio hogar a alguien implica un acto de confianza. También de cesión del dominio absoluto sobre ese lugar. Ahora alguien más podrá entrar y salir cuando quiera, tendrá libertad para hacer y deshacer... Si Dios habita en nuestro corazón -o por lo menos aspiramos a que no sea un huésped de paso- es justo que tenga las llaves de nuestra vida. Confiarnos a su voluntad, permitirle que disponga de nosotros y que "acomode" nuestro corazón como lo hace un dueño de casa. Santa Gertrudis de Helfta, a quien se representa con un Niño Jesús en su corazón, cuenta que una vez le ofreció al Señor que descendiera a la morada de su corazón. Y Jesús le respondió: "Si me das esa libertad, dame la llave de tu voluntad propia". La imagen de la "llave de la voluntad" también está presente en los escritos de santa Teresa de Jesús. Es el &q

Niño invitado #36: el Sagrado Corazón de Francisco

Esta imagen del Sagrado Corazón del Niño Jesús la tomé en abril de 2016 en uno de los altares laterales de la Basílica de San José de Flores, en Buenos Aires, la iglesia que frecuentó durante su niñez y adolescencia el Papa Francisco. Imagino que muchas veces habrá mirado esta imagen, se habrá dejado interpelar por este Jesús, Niño, que con su pequeña mano izquierda señala su Corazón. Cuando veo una imagen del Sagrado Corazón -Jesús que muestra, que descubre, que señala su Corazón- pienso en su Amor ofrecido, pero también en el amor que nos pide -nuestro pobre amor para su Corazón herido- y en el camino que quiere proponernos desde el latir de su Corazón. Es como si Jesús nos dijera, señalando su Corazón: "te ofrezco mi Amor, necesito tu amor, te propongo amar así...". Pero, ¿y qué nos dice este Corazón desde el pecho de Jesús Niño? Lo mismo, pero con el acento puesto en dejarse amar y amar con "corazón de niño". En junio de 2014, en una homilía para la fiesta d