Ir al contenido principal

#154 Místico búho



Este pesebre lo compré en Miraflores (Lima, Perú), en noviembre de 2014.
Es una sola pieza, pequeña, de cerámica en vivos colores. Las figuras del nacimiento, de estilo indígena, están colocadas como en la panza de un búho.
Dicen que los búhos pueden ver en la oscuridad total. En la noche más cerrada, a la que muchos temen, el búho es capaz de ver lo que otros no.
"Místico búho". Éste es uno de los apodos más peculiares que encontré de san Juan de la Cruz, poeta, místico y un verdadero experto en guiar a las almas a través de las noches oscuras...
Para llegar a Dios, el alma debe atravesar su "noche oscura" y sufre la pena de reconocerse ciega, de andar a tientas, el temor de extraviarse y de no encontrar lo que tanto desea.
En esa noche, a veces "adolece, pena y muere" porque el Amado parece "escondido", parece haberle abandonado... Entonces reclama: "¡véante mis ojos!".
Pero sigue su búsqueda, guiada solo por la luz de la fe. Aunque no ve porque es de noche, sabe bien cuál es la "fuente" que busca: "Su claridad nunca es oscurecida, y sé que toda luz de ella es venida, aunque es de noche".
Y se adentra más aún en las sombras, se arriesga al salto de la fe, intuyendo que en el "no ver" alcanzará a Dios:
"Cuanto más alto subía
deslumbróseme la vista,
y la más fuerte conquista
en oscuro se hacía;
mas, por ser de amor el lance
di un ciego y oscuro salto,
y fui tan alto, tan alto,
que le di a la caza alcance".
Entonces lo desconocido de la noche, lo tenebroso que le inspiraba la oscuridad, se vuelve una vía segura para que el alma, sin ser notada, pueda salir libremente al ansiado encuentro de su Amado:
"En la noche dichosa,
en secreto, que nadie me veía,
ni yo miraba cosa,
sin otra luz y guía
sino la que en el corazón ardía.
Aquésta me guiaba
más cierto que la luz de mediodía,
adonde me esperaba
quien yo bien me sabía,
en parte donde nadie parecía.
¡Oh noche que guiaste!
¡oh noche amable más que el alborada!
¡oh noche que juntaste
Amado con amada,
amada en el Amado transformada!".
Y así, en medio de la noche más cerrada, el alma se abrasa y se alumbra en la "llama de amor viva" de Dios.
A toda noche sobreviene el día. A las sombras, la claridad. A la muerte, la resurrección. Hay que velar con la lámpara de la fe encendida... porque a Dios le gusta llegar de noche.
No por nada Jesús nació de noche. Se hizo Luz del mundo en medio de la oscuridad.
Y aquella noche oscura de Navidad también fue noche que juntó "Amado con amada", desposorio de Dios con la Humanidad tan bellamente captado por nuestro "místico búho":
"Ya que era llegado el tiempo
en que de nacer había,
así como desposado
de su tálamo salía
abrazado con su esposa,
que en sus brazos la traía,
al cual la graciosa Madre
en un pesebre ponía,
entre unos animales
que a la sazón allí había.
Los hombres decían cantares,
los ángeles melodía,
festejando el desposorio
que entre tales dos había.
Pero Dios en el pesebre
allí lloraba y gemía,
que eran joyas que la esposa
al desposorio traía.
Y la Madre estaba en pasmo
de que tal trueque veía:
el llanto del hombre en Dios,
y en el hombre la alegría,
lo cual del uno y del otro
tan ajeno ser solía".

Comentarios

Entradas populares de este blog

#254 Un ajuar para el Niño

Este Niño precioso me lo regaló mi amiga Annie Calzia en julio de 2018. Lo trajo de Santiago de Chile y por eso acudí a Teresa de los Andes (1900-1920), carmelita chilena canonizada en 1993, para escribir estas líneas. En una de sus cartas a su prima Herminia Valdés Ossa, Teresa le da algunos consejos para vivir el tiempo de Adviento, que está a punto de empezar. "Prepárate para Navidad. Piensa todos los días en Jesús que, siendo Dios eterno, nace como un tierno Niño; siendo Todopode­roso, nace pobre, sin tener con qué resguardarse del frío. Necesita de su Madre para vivir, siendo Él la Vida", le escribe a su prima, a quien llamaba cariñosamente "Gordita". Y a continuación le hace una "lista" para que le prepare un "ajuar" al Niño Jesús: "Camisitas para abrigarlo: cinco actos de amor diarios y deseos de recibirlo en la Comunión. 'Jesús mío, ven a mi pobre corazón, que sólo desea latir por Ti'. Mantillas para envolverle sus pi

#275 El pozo de Belén

Este pesebre me lo regaló en mayo de 2019 mi amiga Daniela Temelini. El nacimiento fue hecho por la hermana de Daniela, carmelita descalza del Monasterio Santa Teresa de Jesús, de Buenos Aires. Cuando lo vi, lo que más me llamó la atención fue un aljibe al costado del pesebre. ¿Qué hace un pozo de agua allí? Lo curioso es que en Belén no hay uno sino tres pozos de agua históricos, cisternas cavadas en la roca, a poca distancia de la iglesia de la Natividad. Son los pozos del rey David, asociados al episodio de los tres valientes soldados que irrumpen en el campamento de los filisteos para buscar agua, narrado en el segundo libro de Samuel y el primero de Crónicas: "Estos tres, los más valientes de los treinta, bajaron juntos donde David, a la caverna de Adulam, en el tiempo de la siega, mientras que una tropa de filisteos acampaba en el valle de Refaím. David estaba en el refugio y había en Belén una guarnición filistea. Se le antojó decir a David: '¡Cómo me gustaría be

Niños invitados #39: Los "Manuelitos" de Mama Antula

En agosto de 2016 tuve la oportunidad de visitar la Santa Casa de Ejercicios Espirituales, de Buenos Aires, faltando pocos días para la beatificación de la fundadora de este sitio histórico, María Antonia de Paz y Figueroa . Conocida popularmente como Mama Antula, María Antonia nació en la provincia argentina de Santiago del Estero en 1730, cuando aquel territorio dependía del Virreinato del Perú. A los 15 años hizo votos de pobreza y castidad, adoptó el nombre de María Antonia de San José y, junto a otras compañeras, bajo una forma de vida consagrada conocida entonces como "beaterio", se dedicó a asistir a los jesuitas en su labor pastoral y social, en particular en los Ejercicios Espirituales de san Ignacio de Loyola. La figura de Mama Antula se hizo conocida gracias a su empeño por mantener vivo el carisma ignaciano luego de que en 1767 el rey español Carlos III decretara la expulsión de los jesuitas de sus territorios, lo que la movió a recorrer varias provincias del n